TÉCNICAS DE ARGUMENTACION JURÍDICA

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AUTOR LIC BAPHOMET 

Introducción

El presente documento presenta los lineamientos para la meta-compresión de la teoría de 

la argumentación desde la lógica proposicional en la formación del pregrado y en especial, 

para quienes realizan estudios en derecho y ciencias políticas, constituye una aproximación 

epistemológica a la teoría de la argumentación.

Hoy es absolutamente necesario abrir espacios académicos en torno a temas relacionados 

con la teoría de la argumentación, mucho más si admitimos que el derecho es ante todo un 

sistema de argumentación. La teoría de la Argumentación no es en ningún caso un tema 

de sofisticación meramente académico, sino una necesidad de la cual participan por igual 

los teóricos, los interpretes y los mismos litigantes del derecho.

La adopción de metodologías de interpretación cada vez más complejas por nuestros 

jueces, particularmente por aquellos pertenecientes a la jurisdicción constitucional, hace 

necesario aprender los secretos del arte de persuadir y de convencer. La argumentación es 

un tipo de exposición que tiene como finalidad defender con razones o argumentar una 

tesis, es decir una idea que se quiere probar. Luego entonces, esta es una actividad 

cotidiana y necesaria en la vida de todo tipo de profesional, aún para los no abogados.

Argumentación

La argumentación es un tipo de exposición que tiene como finalidad defender con razones 

o argumentos una tesis, es decir, una idea que se quiere probar o sustentar una hipótesis. 

Es también el arte de organizar razones para persuadir o disuadir a un auditorio; disciplina 

que estudia las técnicas discursivas que permiten persuadir o disuadir a una o muchas 

personas sobre la tesis que propone un orador o escritor.

La argumentación es una actividad cotidiana y necesaria en la vida de todo profesional, sea 

este abogado, médico, ingeniero, administrador, vendedor, banquero e incluso el hombre 

de la calle. Todo aquel que crea que debe defender con éxito sus ideas o refutar los de otro 

oponente necesita desarrollar la destreza argumentativa. Por tanto la formación 

universitaria exige el desarrollo de tal competencia argumentativa, desde el ingreso a los 

primeros semestres hasta la culminación de estudios del postgrado, se debe capacitar en 

la teoría de la argumentación y las modernas practicas argumentativas.

“Argumentar es un juego del lenguaje y del pensamiento, es decir, una práctica lingüística 

sometida a reglas” (Wittgestein) que se produce en un contexto comunicativo mediante el 

pretendemos dar razones ante los demás o ante nosotros. Las razones que presentamos 

para justificar un hecho o dicho de otra manera, pretender tener validez intersubjetiva o 

susceptible de crítica y precisamente a través de ella llegar a cuerdos comunicativos.

Argumentar es acto de habla complejo, requiere por lo menos de dos actos, uno que 

funciona como tesis y el otro que opera como argumento o premisa para una conclusión

Secuencia y conectores

Cuando argumentamos, proferimos un conjunto de expresiones lingüísticas conectadas en 

forma lógica y de tal forma entre ellas hay una coherencia. Argumentar es, entonces, un 

conjunto de razones, de proposiciones utilizadas en un proceso comunicativo, llamadas 

premisas, que justifican o apoyan otra, llamada conclusión, que se deduce, de algún modo, 

de aquella. Toda argumentación supone un grupo de razones ordenadas en donde la 

conclusión se infiere de una premisas y el nexo que hay entre éstas y aquellas se denomina 

inferencia.

Sin duda esta competencia es fundamental para alcanzar la paz en un país como el nuestro 

azotado por la violencia, infectado de intolerancia, como resultado de la intolerancia 

ideológica y política. No olvidemos que la convivencia pacífica también se puede enseñar 

desde el hogar, la escuela y la universidad; siendo la argumentación el mejor mecanismo 

para el diálogo civilizado en el que se expongan las proposiciones y las tesis para la 

discusión y la búsqueda de soluciones a los graves problemas que aquejan a la toda nación.

Hoy el uso es múltiple, se argumenta en política para proponer la construcción de 

sociedades más justas, argumenta el vendedor para promocionar sus artículos, el jurista 

para ganar un pleito, líder para conseguir seguidores, el científico para defender sus 

hipótesis, el profesor para convencer a los jóvenes de la importancia de ser agentes de una 

revolución cultural y moral en Colombia, el padre de familia para persuadir a su hijo de la 

importancia de la formación en la universidad, etc.

Pero, para tener éxito en la argumentación o en cualquier actividad que requiera del buen 

uso del discurso o del debate hay que leer mucho, comprender e interpretar los textos, y en 

caso de los profesionales, estos deben leer y asimilar grandes cantidades de información 

científica o tecnológica, teniendo siempre una actitud crítica.

Argumentar es una actividad imprescindible a la hora de presentar los resultados de un 

trabajo de investigación. En todos los casos una buena sustentación se aprende leyendo 

esencialmente a los grandes clásicos, por ser estos verdaderos tratados de lógica 

humanista. Convencer a un jurado calificador de una monografía, una tesis o un trabajo de 

indagación resulta fácil si se ha entrenado en la competencia argumentativa.

Convencer es el fundamento de la argumentación y se logra por medio de la deducción o 

la inferencia, de esta manera se consigue explicar unos conocimientos por medio de otros, 

de tal manera que las tesis son comprobadas racionalmente con fundamento en 

afirmaciones o negaciones, falseadas o verificadas. Por eso, Tanto a Kant, como a Popper, 

les preocupó el tema de la argumentación, el buen uso de ella y recomendaron, que sí 

queremos conformar una sociedad razonable es necesario que aprendamos a distinguir 

con claridad lo que es un conocimiento científico, de las simples creencias y convicciones 

personales, políticas o religiosas no fundamentadas.

A esta tarea se consagró Popper y se le ha llamado “Problema de la demarcación”, y a ella 

dirigió Popper toda su atención. La demarcación implica entender muy bien lo que es un 

razonamiento científico, porque no se trata de cómo creyó el positivismo moderno un 

conocimiento verdadero, e inconmovible. Siguiendo la tradición kantiana el hombre no está 

en la posibilidad de acceder a dicho conocimiento, de ahí que el arte de organiza las 

razones para convencer, aún tiene vigencia.

Razonar es un proceso mental que permite relacionar ideas o juicios. Siempre que partimos 

de dos premisas o afirmaciones que determinan una conclusión tenemos entonces una 

inferencia. La conclusión puede presentarse al comienzo, en la mitad o al final del texto. En 

todos los casos las premisas son el punto de partida de la inferencia y el fundamento para 

la conclusión.

El razonamiento es un proceso lógico que conduce al conocimiento verdadero a través de 

razonamientos válidos regidos por normas. Un razonamiento es analógico cuando se basa 

en la comparación y la relación existente entre los elementos; el razonamiento deductivo, 

contrario al inductivo, implica extender a casos particulares las situaciones contenidas en 

un razonamiento general.

Conclusión

Creemos que no es posible desarrollar esta competencia de manera aislada, es preciso 

crear comunidades de indagación que de manera más precisa y exacta, estén 

comprometidas con la democracia, con el debate abierto, que admitan la diversidad crítica, 

que propicien la libertad de cátedra, la solidaridad y que tengan la suficiente madurez para 

juzgar con conocimientos y sobre todo ofrecer razones sus miembros cada que surjan 

desacuerdos. 

BIBLIOGRAFÍA

ARISTÓTELES. Ética Nicomaquea. Ediciones Universales, 1987.

CALVO, JOSE. Derecho y narración. Materiales para una teoría y critica narrativista del 

derecho. Ariel, 1996.

CASTILLIO, SANCHES. MAURICIO. Manual para la formación de investigadores. Editorial, 

Magisterio, 1999.

GARCÍA, P. LUIS, E. La practica de la argumentación. ICESI, 1998.

GOMEZ, ADOLFO. L y OTROS. Argumentación, actos lingüísticos y lógica jurídica. 

Universidad del Valle, 1998.

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